“Y si no llego a ir...”, eso es lo que pensaba cuando conducía por la autopista después de haber disputado el I Acuatlón Piscina Municipal de Añaza. Pero no voy a empezar por el final, esta crónica comienza el miércoles 17 en el Facebook, es en la red social donde hablo con mi amigo Héctor Pino. Al parecer se iba a realizar un acuatlón en distancia super-sprint en la Piscina Municipal de Añaza (1500-500-1500). La semana no había sido muy productiva exceptuando los entrenos de natación con el CN Alameda, por eso no tenía nada claro el participar. Los días pasaban y el viernes decido ir a entrenar la carrera con mis compañeros, Carlos Torres, Berto e Ignacio, el lugar elegido fue la fabulosa montaña del Socorro (uno de los centros neurálgicos de entrenamiento de los Bestiazules). Las sensaciones en dicho entreno fueron muy buenas, y por lo tanto me decidí a acudir al acuatlón. El sábado me levanté temprano y empecé con el ritual pre-competición: buen desayuno, visita al baño, mono de competición, calzado y... las gafas de natación (¡wauuu!, a estrenar las nuevas Zoggs Predator). A las 9:10am ya estaba en la piscina, inscripción, gorrito, número pintado en brazo y pierna, y a calentar. Comenzarán los niños/as, luego una segunda categoría denominada “popular” para atletas no federados (en la que estaba incluido yo), y por último, los federados.
Preparados, listos, ¡¡YA!!, comienzo a correr con buen ritmo y me pego a la espalda del primero, voy pensando: “Intenta aguantar David”, la verdad que el chaval corría bastante y las cuatro vueltas al circuito se me hicieron muuuuy cortas. Rápidamente entramos los dos juntos a la piscina, transición rápida y al agua. Teníamos que dar 8 vueltas a un circuito marcado con boyas, me lanzo decidido y en pocos metros consigo pasarlo, me encuentro muy tranquilo y decido dosificar, ¡creo que he mejorado algo en el agua!, a falta de 2 vueltas me pasa un atleta muy rápido ¿De dónde salió? ¿tanto me he relajado?- pensaba. Salgo del agua muy entero, no sé mi posición pero hay varios aún nadando. En la transición escucho: “Venga Deivid, que el primero acaba de salir”-era mi amigo Héctor Pino que me informaba de la situación. Salgo disparado en busca del primer clasificado, necesito una referencia visual. Según pasan los metros, la diferencia es menor, ¡Lo pillo seguro!- pensaba todo el rato. Y así pasó, a falta de una vuelta y media ya estaba enganchado, no esperé mucho y rápidamente hice un cambio de ritmo, y me escapé. Última vuelta suave y pensando en lo que acababa de conseguir, crucé la meta en solitario muy contento y emocionado. A partir de ahí, aquarius y plátano, competición de federados y podium (con medalla incluida, jejeje). Darle las gracias a Lali Hernández del Anikonikei Team por las fotos que me pasó. Hasta la próxima.
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